lunes, 29 de marzo de 2010

Después de las Fiestas

(J.C)
Y cuando todo el mundo se iba
y nos quedábamos los dos
entre vasos vacíos y ceniceros sucios,

Qué hermoso era saber que estabas
ahí como un remanso,
sola conmigo al borde de la noche,
y que durabas, eras más que el tiempo,

Eras la que no se iba
porque una misma almohada
y una misma tibieza
iba a llamarnos otra vez
a despertar al nuevo día,
juntos, riendo, despeinados.


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sábado, 27 de marzo de 2010

Los Cómplices

(G. Rojas)


Te decía en la carta
que juntar cuatro versos
no era tener el pasaporte a la felicidad
timbrado en el bolsillo,
y otras cosas más o menos serias
como dándote a entender
que desde antiguamente soy tu cómplice
cuando bajas a los arsenales de la noche
y pones toda tu alma
y la respiración
perfectamente controlada,
por mantener en pie tus rebeliones
tus milicias secretas
a costa de ese tiempo perdido
en comerte las uñas, en mantener a raya
tus palpitaciones,
en golpearte el pecho por los malos sueños,
y no sé cuántas cosas más
que, francamente, te gastan la salud
cuando en el fondo
sabes que estoy contigo
aunque no te vea
ni tome desayuno en tu mesa
ni mi cabeza amanezca en tu pecho
como un niño con frío,
y eso no necesita escribirse.



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viernes, 26 de marzo de 2010

El Principito

(Le Petit Prince, Antoine de Saint-Exupery)

"¿Y de qué te sirve poseer las estrellas?
-Me sirve para ser rico.

-¿Y de qué te sirve ser rico?

-Me sirve para comprar más estrellas."



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martes, 23 de marzo de 2010

Poema 5

(Neruda)
Para que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.
Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.
Y las miro lejanas mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.
Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.
Ellas están huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.
Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.
Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú las oigas como quiero que me oigas.
El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban
Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.
Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.
Voy haciendo de todas un collar infinito
para tus blancas manos, suaves como las uvas.



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lunes, 22 de marzo de 2010

El Futuro

(J.C)





Y sé muy bien que no estarás.

No estarás en la calle,
en el murmullo que brota de noche
de los postes de alumbrado,
ni en el gesto de elegir el menú,
ni en la sonrisa que alivia
los completos de los subtes,
ni en los libros prestados
ni en el hasta mañana.

No estarás en mis sueños,
en el destino original
de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás
o en el color de un par de guantes
o una blusa.

Me enojaré amor mío,
sin que sea por ti,
y compraré bombones
pero no para ti,
me pararé en la esquina
a la que no vendrás,
y diré las palabras que se dicen
y comeré las cosas que se comen
y soñaré las cosas que se sueñan
y sé muy bien que no estarás,
ni aquí adentro, la cárcel
donde aún te retengo,
ni allí fuera, este río de calles
y de puentes.

No estarás para nada,
no serás ni recuerdo,
y cuando piense en ti
pensaré un pensamiento
que oscuramente
trata de acordarse de ti.
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viernes, 19 de marzo de 2010

Exilio

(A. Pizarnik)






Esta manía de saberme ángel,
sin edad,
sin muerte en qué vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni por mis huesos que lloran vagando.

¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas,
aunque fuere con sonrisas?

Siniestro delirio amar a una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ángeles bellos como cuchillos
que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.
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jueves, 18 de marzo de 2010

El lugar del crimen


(L. García Montero)





Más allá de la sombra
te delatan tus ojos,
y te adivino tersa,
como un mapa extendido
de asombro y de deseo.

Date por muerta
amor,
es un atraco.

Tus labios o la vida.


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miércoles, 17 de marzo de 2010

Desamor




Le dijo que no podía imaginar cuánto le amaba. Se lo repitió de nuevo, pero esta vez llorando. Por fin, guardó un dolorido silencio. Él la miraba distante, con gesto de extrañeza.... Después contestó muy despacio que, en efecto, era incapaz de imaginarlo.


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lunes, 15 de marzo de 2010

Puertas

(J.A.Massone)


Hacia dentro la noche mira y enloquece.
Insiste el día en más calles que amor.
Hace tiempo se fueron mis ojos a la noche.

Tan inútiles como pacientes, las esperas
fervorosas espiaron en las esquinas
debido a que entonces quise decirte adiós
para luego dedicarte esto que sigue.

Como si fuera yo una voz y tú escucharas,
marchan por ti todas las horas y cruzas
aquellas puertas que enloquecen a la noche.


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sábado, 13 de marzo de 2010

Arrebato

(C.A.Duffy)

Piensas todo el día en mí, yo pienso en ti.
Los pájaros cantan al abrigo de un árbol
Arriba en el cielo, la esperanza de la lluvia, el inmenso azul,sin ser el paraíso, se extiende infinitamente sin rumbo.
¿Cómo es que nuestras vidas transcurren
Tan lejos de nosotros, mientras atrapados en el tiempo
esperamos la muerte?
Parece que nada cambiará
el patrón de nuestros días, nada alterará el ritmo
que creamos disminuyendo la asonancia de la felicidad.
Entonces es cuando llega el amor, como el vuelo súbito de los pájaros
de la tierra al cielo tras la lluvia.
Tu beso,
evocador, desensarta, como las perlas, esta cadena de palabras.
Los inmensos cielos nos conectan, uniendo aquí y allí
el deseo y la pasión en el pensamiento del aire.


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viernes, 12 de marzo de 2010

31 min.

sábado, 6 de marzo de 2010

27/02

( S.Diaz Varín)
No quiero
Que mis muertos descansen en paz
Tienen la obliga­ción
De estar presentes
Vivientes en cada flor que me robo
A escondidas
Al filo de la medianoche
Cuando los vivos al borde del insomnio
Juegan a los dados
Y enhebran su amargura

Los conmino a estar presentes
En cada pensamiento que desvelo

No quiero que los míos
Se me olviden bajo la tierra
Los que allí los acosta­ron
No resolvieron la eternidad

No quiero
Que a mis muertos me los hundan
Me los ignoren
Me los hagan olvidar
Aquí o allá
En cualquier hemisferio

Los obligo a mis muertos
En su día.
Los descubro, los transplanto
Los desnudo
Los llevo a la superficie
A flor de tierra
Donde está esperándolos
el nido de la acústica.



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jueves, 4 de marzo de 2010