viernes, 30 de abril de 2010

El Corazón Hipotecado

(C. McCullers)
Los muertos exigen una visión doble. Una parcela de más
a repartir cumpliendo un acuerdo espectral. Pues los muertos
tienen derechos sobre los sentidos de su amante, sobre el corazón hipotecado.

Mira dos veces el huerto que florece bajo la lluvia gris
Y los cielos rosas y fríos que traen una doble sorpresa.
Soporta cada requerimiento una y otra vez;
la experiencia multiplicada por dos - la deuda reconocida.
Ordena al espíritu tembloroso, al nervio inmediato
que sirva bien al amo esquizofrénico,
si no el amor ciego vagará extraviado
igual que un émulo sin hogar.

Sabida es la hipoteca contraída con los muertos.
Prepara pues, la preciada corona, la guirnalda de la puerta.
Aunque, de las recónditas cenizas, del hueso humilde
¿Saben algo los muertos?
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sábado, 17 de abril de 2010

Estoy Demasiado Cerca...

(W. Szymborska)
Estoy demasiado cerca para que él sueñe conmigo.
No vuelo sobre él, de él no huyo
Entre las raíces arbóreas.
Estoy demasiado cerca.
No es mi voz el canto del pez en la red.
Ni de mi dedo rueda el anillo.
Estoy demasiado cerca.
La gran casa arde
Sin mí gritando socorro.
Demasiado cerca
para que taña la campana en mi cabello.
Estoy demasiado cerca para que pueda entrar como un huésped
que abriera las paredes a su paso.
Ya jamás volveré a morir tan levemente,
tan fuera del cuerpo, tan inconsciente,
como antaño en su sueño.
Estoy demasiado cerca,
demasiado cerca.
Oigo el silbido
y veo la escama reluciente de esta palabra,
petrificada en abrazo.
Él duerme, en este momento,
más al alcance de la cajera de un circo
ambulante con un solo león, vista una vez en la vida,
que de mí que estoy a su lado.
Ahora, para ella crece en él el valle
de hojas rojas cerrado por una montaña nevada
en el aire azul.
Estoy demasiado cerca,
para caer del cielo.
Mi grito sólo podría despertarle.
Pobre, limitada a mi propia figura,
mas he sido abedul, he sido lagarto,
y salía de tiempos y damascos
mudando los colores de mi piel.
Y tenía
el don de desaparecer de sus ojos asombrados,
lo cual es la riqueza de las riquezas.
Estoy demasiado cerca,
demasiado cerca para que él sueñe conmigo.
Saco mi brazo que está debajo de su cabeza dormida,
Mi brazo dormido,
lleno de agujas imaginarias.
En la punta de cada una de ellas, para su recuento,
Se han sentado ángeles caídos.


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miércoles, 14 de abril de 2010

Cadáveres Anónimos

(M. Darwish, Homenaje a las Víctimas de Gaza)



Cadáveres anónimos.

Ningún olvido los reúne,

Ningún recuerdo los separa...

Olvidados en la hierba invernal

Sobre la vía pública,

Entre dos largos relatos de bravura

Y sufrimiento.

“¡Yo soy la víctima!”. “¡No, yo soy

la única víctima!”. Ellos no replicaron:

“Una víctima no mata a otra.

Y en esta historia hay un asesino

Y una víctima”. Eran niños,

Recogían la nieve de los cipreses de Cristo

Y jugaban con los ángeles porque tenían

La misma edad... huían de la escuela

Para escapar de las matemáticas

Y la antigua poesía heroica. En las barreras,

Jugaban con los soldados

Al juego inocente de la muerte.

No les decían: dejad los fusiles

Y abrid las rutas para que la mariposa encuentre

A su madre cerca de la mañana,

Para que volemos con la mariposa

Fuera de los sueños, porque los sueños son estrechos

Para nuestras puertas. Eran niños,

Jugaban e inventaban un cuento para la rosa roja

Bajo la nieve, detrás de dos largos relatos

De bravura y sufrimiento.

Luego escapaban con los ángeles pequeños

Hacia un cielo límpido.



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Tengo la Sabiduría del Condenado a Muerte

Tengo la sabiduría del condenado a muerte:

No tengo cosas que me posean.

He escrito mi testamento con mi sangre:

“¡Confiad en el agua, moradores de mis canciones!”.

He dormido ensangrentado y coronado con mi mañana...

He soñado que el corazón de la tierra era mayor que

Su mapa

Y más claro que sus espejos y mi cadalso.

He creído que una nube blanca me

Ascendía,

Como si yo fuera una abubilla con el viento por alas.

Y al alba, la llamada del sereno

Me despierta de mi sueño y de mi lenguaje:

Vivirás en otro cadáver.

Modifica tu último testamento.

Se ha retrasado la fecha de la segunda ejecución.

¿Hasta cuándo?, pregunto.

Esperaré a que mueras más.

No tengo cosas que me posean, respondo,

He escrito mi testamento con mi sangre:

“¡Confiad en el agua,

moradores de mis canciones!”

Y yo, aunque fuera el último,

Encontraría las palabras suficientes...

Cada poema es un cuadro.

Pintaré ahora para las golondrinas

El mapa de la primavera,

para los que pasan por la acera, el azufaifo

y para las mujeres el lapislázuli...

El camino me llevará

Y yo le llevaré a hombros

Hasta que las cosas recobren su imagen

Verdadera,

Luego oiré lo genuino:

Cada poema es una madre

Que busca a su hijo en las nubes,

Cerca del pozo de agua.

“Hijo, te daré el relevo.

Estoy encinta”.

Cada poema es un sueño.

He soñado que soñaba.

Me llevará y le llevaré

Hasta que escriba la última línea

En el mármol de la tumba:

“Me he dormido para volar”.

Y llevaré al Mesías zapatos de invierno

Para que camine como los demás

Desde lo alto de la montaña hasta el lago.

domingo, 11 de abril de 2010

jueves, 8 de abril de 2010

No existe el infinito....

(Ch. Maillard)

No existe el infinito:
el infinito es la sorpresa de los límites.

Alguien constata su impotencia
y luego la prolonga más allá de la imagen, en la idea,
y nace el infinito.

El infinito es el dolor
de la razón que asalta nuestro cuerpo.

No existe el infinito, pero sí el instante:
abierto, atemporal, intenso, dilatado, sólido;
en él un gesto se hace eterno.

Un gesto es un trayecto y una trayectoria,
un estuario, un delta de cuerpos que confluyen,
más que trayecto un punto, un estallido,
un gesto no es inicio ni término de nada,
no hay voluntad en el gesto, sino impacto;
un gesto no se hace: acontece.

Y cuando algo acontece no hay escapatoria:
toda mirada tiene lugar en el destello,
toda voz es un signo, toda palabra forma
parte del mismo texto.



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viernes, 2 de abril de 2010