sábado, 19 de mayo de 2012

III

MI MUCHACHA salvaje,
hemos tenido que recobrar el tiempo
y marchar hacia atrás,
en la distancia de nuestras vidas,
beso a beso,
recogiendo de un sitio lo que dimos sin alegría,
descubriendo en otro el camino secreto
que iba acercando tus pies a los míos,
y así bajo mi boca vuelves a ver
la planta insatisfecha de tu vida
alargando sus raíces hacia mi corazón que te esperaba.
Y una a una las noches
entre nuestras ciudades separadas
se agregan a la noche que nos une.
La luz de cada día,
su llama o su reposo nos entregan,
sacándolos del tiempo,
y así se desentierra en la sombra o la luz nuestro tesoro,
y así besan la vida nuestros besos:
todo el amor en nuestro amor se encierra:
toda la sed termina en nuestro abrazo.

Aquí estamos al fin frente a frente,
nos hemos encontrado,
no hemos perdido nada.
Nos hemos recorrido labio a labio,
hemos cambiado mil veces entre nosotros
la muerte y la vida,
todo lo que traíamos como muertas medallas
lo echamos al fondo del mar,
todo lo que aprendimos no nos sirvió de nada:
comenzamos de nuevo,
terminamos de nuevo muerte y vida.
Y aquí sobrevivimos, puros,
con la pureza que nosotros creamos,
más anchos que la tierra que no pudo extraviarnos,
eternos como el fuego que arderá cuanto dure la vida.






♥ 


 (P. Neruda)